Capitulo 3 "... podréis odiar al poema pero no al poeta"
Si, que golpeen graves. Si, que golpeen, para devolver recuerdos envenenados. Como una caja de resonancia donde se encierra un trueno, así guardo lo que sé, encerrado parte de mi se halla, esa parte encerrada como en la mascara de hierro, prisionero sin memoria, sin razón, apuñalado por la espalda, a traición, siendo trofeo de los necios, los cuales, en su inmensa falta de nobleza y valentía, le creen encerrado y prisionero de su maquiavélica farsa.
Necios! Veis niebla. Vuestra es la amenaza fantasma que crece, esa amenaza que se llama conciencia, palabra católica para bostezar el remordimiento, aun siendo mal infundada tiene el peso del tiempo, el cual ya corre en vuestra contra.
La amenaza se convierte en rumor, el rumor en hechos, puede que se ajusten las cuentas, un día, los que repudiasteis en vuestra juventud, a los cuales encerrasteis desangrados, serán jueces intemporales, aquellos a quien intentáis encerrar escaparan y un día, volverán. Seremos nosotros quien en su momento, pasaremos de largo o pararemos a dictar condena, no por el tiempo, no por los hechos, si no por la falta de humanidad en su día.
Sentencia a quien no trata a un humano como humano, pues debes ser digno de tu tiempo, digno de respeto, y no confundas en la niebla, a los lobos.

Quema lo que se te envía, pues carece ya de valor.
Pues al que conociste esta ahora encerrado.
Solamente encerrado.
" Prólogo. Bosques "
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